Los Ángeles - Tom Cruise iba para monje franciscano pero su carisma le llevó a triunfar en Hollywood, una industria siempre hambrienta de estrellas donde el actor, que el martes cumple 50 años y se encuentra en pleno proceso de divorcio, se ha convertido en un tótem por el que parece no pasar el tiempo.
Su esposa, Katie Holmes, de 33 años, presentó el viernes pasado la demanda de divorcio en la que solicita la custodia legal de su única hija en común, Suri, debido, según se asegura desde medios como TMZ.com, a supuestas discordancias en torno a la religión que profesa el intérprete- la Cienciología.
La pareja contrajo matrimonio en un castillo de Italia en noviembre de 2006. Previamente Cruise estuvo casado con la actriz Mimi Rogers y con Nicole Kidman, con quien mantuvo una larga relación de 11 años y con la que adoptó dos hijos.
Amante de las emociones fuertes desde niño, cuando con 12 años hacía piruetas con su primera moto, el ahora maduro Cruise disfruta de la velocidad con los coches de carreras y haciendo giros acrobáticos a los mandos de su avión de combate P-51 mientras no está en los rodajes saltando de un rascacielos por exigencias
Su carrera nunca ha estado exenta de rumores, especialmente sobre su posible homosexualidad, y comportamientos erráticos como cuando en 2005 pareció volverse loco en el programa televisivo "Oprah", cuando se puso a saltar en un sofá para proclamar su amor por Katie.
Sobre los rumores en torno a su vida personal, Cruise dijo a Playboy que está al tanto de ellos pero que, en definitiva, "la vida no consiste en probarle nada a nadie".
Nacido en Siracusa (Nueva York, EE.UU.), Cruise ingresó a los 14 años en un seminario católico de Cincinnati y de adulto depositó su fe en la Cienciología.
Esa religión es considerada en algunos países una secta y predica la inmortalidad, un estado que Tom Cruise parece haberse ganado ya, al menos, en el universo de Hollywood.
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