Al menos este es el caso de algunos de los rostros más aclamados de Disney de últimamente. ¿Quién no recuerda el salto de niña a mujer deMiley Cyrus en Rock in Rio en 2010? La, hasta entonces, tierna cantante Hannah Montana sorprendió en el festival madrileño desvistiéndose y dejando con la boca abierta a numerosos padres, más gustosos de ver a Cyrus que sus propios hijos.
Ya lo había advertido: «El día que termine la grabación
Por culpa de un «hacker»
Vanessa Hudgens pasó de ser una princesita en apuros en la serie de Disney Channel «High School Musical» para convertirse en un mito erótico, a caballo entre la pornografía. Tuvieron la culpa unas fotografías que la propia Hudgens se sacó frente a un espejo. Ella, desnuda integral, se las habría realizado para sorprender a su, por entonces, novio, Zac Efron. Ocurrió en el verano del 2007. La actriz, víctima de un «hackeo» informático que descubrió sus vergüenzas, observó cómo su cuerpo y sus provocativas poses prendían como la pólvora alrededor del mundo. La protagonista, «avergonzada», se disculpó medio año después ante sus fans: «Lamento haberme tomado esas fotografías», dijo.
Más escándalos. Demi Lovato, otra estrella Disney, protagonizó la película «Camp Rock» en 2008 y, en 2009, «Programa de protección para princesas», esta última junto a Selena Gómez(novia de Justin Bieber —apaleó a un paparazzi en mayo—) con quien, una fotografía reveló, se besó en la boca. Nada parecía faltar en la vida de esta princesita, pero en noviembre de 2010 Lovato ingresaba en una clínica de salud mental. Tenía sólo 18 años y, al parecer, se autolesionaba.
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